Clases de yoga terapéutico
Yoga Terapéutico La moda nos está trayendo multitud de escuelas diferentes con el apellido “Yoga”, creo que es importante no distraerse con ello y por ello me remito a la finalidad con que esta práctica ha sido creada, siguiendo las enseñanzas del maestro que ha sido fuente de inspiración de mi práctica, Sri K, Patthabi Jois, alumno a su vez del responsable de todo este legado, Tirumalai Krishnamacharya. En sus comienzos la práctica estaba diseñada para cada alumno, era un método cuya finalidad era pura y simplemente terapéutica, adaptada según las necesidades individuales.
El yoga de por sí es terapéutico, la respiración (pranayama) que aplicamos es el mayor beneficio para cuerpo y mente, así como las conexiones sutiles y neurológicas que suceden con cada asana. De ahí que se recomienden unas u otras posturas para estimular o desintoxicar diferentes glándulas, órganos o sistemas. Estos dos pasos, junto con los Yamas (principios éticos para la vida en la sociedad) y los Niyamas (disciplinas para uno mismo), son los primeros pasos para la práctica del yoga. Tras ellos, el camino interior implicaría lo que llamamos Pratyahara (control de los sentidos), Dharana (concentración), Dhyana (meditación) y Samadhi (absorción, cese de las fluctuaciones mentales, la paz buscada.)
Mi yoga terapéutico es la conclusión a la que he llegado tras un largo camino de más de 20 años trabajando como fisioterapeuta y 10 años como alumna, estudiante y después transmisora de la práctica de yoga. Tras muchos años empleando los métodos más tradicionales en la rehabilitación de multitud de patologías en hospitales, clínicas y diferentes centros (neurológicos y traumatológicos principalmente), comencé a investigar sobre la aplicación de la práctica que tantos cambios había producido en mí, aplicándola poco a poco en mis pacientes, y observando importantes diferencias en los resultados. De ahí poco a poco va creciendo una semilla que va consolidando un proyecto lleno de ilusión y cariño.
He observado grandes resultados en un proyecto de 2 clases de yoga semanales con enfermos de Parkinson, importantes mejoras en pacientes de espalda con intervenciones programadas que al final no han sido necesarias, en postquirúrgicos de columna, en hombros congelados, diferentes artritis y artrosis, lesiones musculares, trastornos del sueño (en el que basé mi trabajo para el curso de adaptación al grado en Fisioterapia), ansiedad, depresión, enfermedades neurodegenerativas… No quiere decir con esto que todo lo curemos con la práctica de yoga, pero sí mejoraremos en cualquier caso la calidad de vida, primer paso para la curación.
En la implantación de las clases de yoga terapéutico personalizadas, se realiza una entrevista con el alumno para su exploración terapéutica y para buscar en conjunto los objetivos de las sesiones a realizar. Se le diseña una secuencia de asanas y pranayama adaptada y se le enseña a realizarla.
En las clases grupales de un máximo de 10 alumnos cada uno irá realizando su secuencia bajo atenta supervisión. Siempre espacio para las dudas, siempre evolucionando la práctica según los avances y los cambios que se vayan produciendo en el alumno.
Existe también la posibilidad de crear sesiones totalmente privadas, relación de tú a tú alumno-fisioterapeuta en la que se marca un trabajo con posibilidad de realizarse en casa y con supervisores periódicas. El yoga entró en mi vida, y se quedó para siempre, complementando mi experiencia como fisioterapeuta y enriqueciendo las opciones de mis pacientes y, por consiguiente, mi satisfacción personal con cada dia de trabajo.
Gracias por dejarme compartirlo.